Llegaste a nosotros hace más de una década, un 17 de marzo de 2014. Por aquel entonces, ya eras un perro joven de tres años cuyo pasado desconocíamos. Lleno de energía y sin saber qué hacías aquí, el reloj empezó a contar. Un año, luego otro, luego otro y así hasta hace dos días en el que tu cuerpo dijo que ya era suficiente.

Lo hemos intentado todo, pero no hemos podido, no hemos sido capaces. Ya sabemos que nosotros hemos sido tu familia durante casi toda tu vida, que nos has querido a todos y que a todos nos has demostrado lo buen perro que eras. Pero sabíamos que esto iba a pasar. Porque nadie o casi nadie quiere adoptar a un perro considerado como “potencialmente” peligroso. No tuviste la oportunidad de poder demostrarle a ninguna familia que estaban equivocados. Te hemos visto ir apagándote con el paso de los años y nos duele, nos duele mucho no haberlo conseguido. Eras el perro que más tiempo llevaba en el refugio, un emblema, un corazón que un día dejó de creer en los milagros.

Hoy te queremos rendir este pequeño homenaje, como quienes despiden con honores a los suyos. Has sido un auténtico guerrero que ha luchado hasta el último día y te has ido rodeado de quienes tanto te han cuidado. Nuestro pequeño pelirrojo, cuánto te vamos a echar de menos. Ojalá te encuentres con todos los que nos han ido dejando durante todos estos años. Ya eres libre, amigo, ya eres eterno.

Descansa en paz, Patrick. 🖤