Llegó al refugio en Marzo de 2013 y aquí sigue viendo pasar las horas, los días, los meses y los años. Le hemos visto crecer y sufrir el encierro que supone vivir en un refugio. No sabemos si algún día alguien se fijará en él y se lo llevará a casa a vivir la vida que merece, pero estamos seguros que nosotros vamos a seguir intentándolo todo para darle la mayor visibilidad posible.

Cuando entró en el refugio era un perro joven de apenas 2 años con ganas de jugar y de vivir, pero eso ha cambiado. Demasiado tiempo aquí le están minando la moral y las posibilidades de encontrar un hogar. Y no se lo merece porque es un perro bueno y cariñoso cuyo único delito es ser grande.

PUEDES VER SU ÁLBUM ACTUALIZADO AQUÍ.