Menos de 24 horas, esa es la diferencia entre parir en la calle sola y desprotegida o hacerlo en una zona habilitada para ello, con mantas, lámparas de calor y la seguridad de que, si pasase algo, alguien estaría ahí para ayudarla. Chusa llegó al refugio el pasado lunes 2 de Noviembre e inmediatamente vimos que estaba en un estado de gestación demasiado avanzado. No nos equivocamos ya que esa misma madrugada se puso de parto. A primera hora del día ya habían nacido cuatro cachorros y a lo largo de la mañana nacerían otros cuatro. En total Chusa ha traído al mundo a ocho nuevas vidas por las que vamos a dejarnos la piel, como siempre hacemos. Tal vez sea motivo de alegría o tal vez no. No sabemos si alegrarnos porque ella ha tenido suerte o si apretar los puños y maldecir pensando que cientos de perras como ella paren en la calle día tras día, llenando nuestros municipios de perros callejeros que tal vez no tengan una oportunidad en toda su vida. La de Chusa es una pequeña victoria en medio de una gran batalla que sin duda no podemos ganar mientras nada cambie. Pero toda victoria se celebra, así que hoy queremos presentaros a la familia Chusa.

Hoy queremos publicar este vídeo con el único fin de criticar dura y públicamente a todas esas personas que se creen que sus perros y los cachorros que estos puedan tener son responsabilidad de los demás. Estáis muy confundidos. Si no vais a haceros cargo de esterilizar a vuestro perra, no la tengáis. Si no vais a cuidarlos como merecen durante toda su vida, no los tengáis. Tener una mascota es un opción, no una obligación. Como tampoco es obligación para el refugio hacernos cargo de ellos. Hace unos días llegaba al refugio esta caja. No eran sacos de pienso, ni tomates, ni siquiera calabacines. En esa caja había ocho cachorros de apenas un mes de vida. Ni sabemos de dónde han salido ni sabemos quién es el desgraciado que ha permitido que hayan nacido. Todo el mundo dirá que son muy bonitos y que ojalá tengan suerte, pero no todo es tan fácil ni todo funciona así. Aún no tienen ni nombre porque aún no sabemos cuántos de ellos van a lograr sobrevivir.

Llegaste al refugio con apenas 8 meses de vida, una edad con la que llegan tantos y tantos perros a nuestras manos. Era un 16 de Septiembre del año 2009. Cuando casi el 100% de los voluntarios que hoy forman el refugio ni sabían de su existencia, tú ya estabas aquí. Durante 11 largos años has estado formando parte de nuestras vidas, nos hemos preocupado por ti y hemos sufrido en silencio porque nunca nadie se interesaba en un perro grande y negro. El “síndrome del perro negro” lo llaman. Durante años hemos estado publicando tus fotos para ver si en algún lugar de Europa alguien se enamoraba de ti. Y hemos fallado. No hemos sido capaces de encontrarte esa familia que sin duda merecías. Porque querido Jeff, eras un perro bueno, un perro noble. Ese gran perro al que todo el mundo llamaba cariñosamente “grandullón”. Te pedimos perdón porque después de 11 interminables años tu vida se ha apagado para siempre en la madrugada del 3 al 4 de Octubre de 2020, y lo ha hecho dentro de la que ha sido tu “casa” durante toda tu vida. Ahora ya eres libre, pero esta no es la libertad con la que nosotros soñábamos para ti. No es fácil dar estas noticias pero es importante que la gente lo sepa, que se entere que no todos los perros lo consiguen, que hay miles que mueren en los refugios esperando por una maldita oportunidad que nunca llega. Hoy lloramos tu adiós porque eras una parte importante de este refugio. Se hará difícil no volver a verte, no sentir esa gran mancha negra detrás de ti, no poder volver a abrazarte nunca más.

Con motivo de la pandemia que paralizó la vida de todos desde los primeros meses de este año 2020 y a pesar de que nosotros siempre hemos seguido atendiendo a todos los perros que están en el refugio, no hemos podido continuar con las obras de mejora de nuestras instalaciones. Creemos que ha llegado el momento de reanudarlas y aunque es verdad que siempre estamos reparando o mejorando cosas, para las obras de mayor envergadura necesitamos la ayuda de todo el mundo. Tener en perfecto estado de conservación unas instalaciones de 7000 metros cuadrados conlleva que estemos continuamente haciendo reformas y arreglos.

Cuando el pasado viernes 28 de Agosto de 2020 nuestros compañeros llegaron a la protectora, se encontraron con una escena que tardarán en olvidar. A lo lejos, vieron una mancha negra sobre el camino de tierra que pasa junto al refugio. No era una bolsa de basura, ni un plástico, ojalá lo hubiera sido. Era Valkiria, una perra que a saber cómo, yacía en el suelo medio muerta. No sabemos si llegó hasta ahí por su propios medios o si alguién la dejó allí tirada, pero lo que si sabemos es que no hubiera aguantado viva mucho más tiempo. Miles de garrapatas y pulgas recorrían su cuerpo, costras enormes cubrían su nariz y sus mamas, decenas de tumores y una severa anemia la consumían y era incapaz a ponerse de pie. Su vida se apagaba a nuestros pies, impotentes y llenos de rabia ante lo que estábamos viendo. Totalmente deshidratada y desnutrida y con un aspecto lamentable, fue rescatada de inmediato. Lo primero que hicimos fue darle agua que, a duras penas y tumbada en el suelo, fue bebiendo poco a poco. Le dimos comida e iniciamos el tratamiento para quitarle las miles de garrapatas que parasitaban todo su cuerpo y que se la estaban comiendo viva. Le pusimos suero para evitar que se deshidratara y le buscamos un lugar tranquilo en el que pudiera ir recuperándose. Desde ese día Valkiria sigue luchando por sobrevivir. No sabemos si lo conseguirá pero nos vamos a dejar la vida por intentarlo.